Terapia Juvenil
Sin duda es la etapa más difícil, tanto para ellos mismos como para sus padres. Es la etapa en la que emerge lo no resuelto anteriormente y nos brinda la oportunidad de trabajar sobre ello. Aquí es donde, los padres más que nunca, necesitan saber cómo actuar con sus hijos, comprender qué les ocurre y qué necesitan.
Para los propios adolescentes, la terapia, a menudo representa un espacio de seguridad donde poder expresar y elaborar todo aquello que les impide sentirse a gusto con ellos mismos, con los familiares y amigos y con la sociedad. Un espacio donde poder desarrollar las habilidades que necesiten para encarar la vida de modo sano y feliz.
Para los padres, asistir a sus sesiones de orientación familiar (complementarias a las sesiones de terapia de si hij@) supone saber a qué atenerse, saber qué hacer y cómo orientar a sus hijos, con pautas individualizadas porque cada adolescente y su familia son únicos.
Hoy en día Internet, las redes sociales… añaden a nuestras funciones como padres la «Crianza digital». Sin tener nosotros referentes previos, hemos de educar a nuestros hijos, no sólo para que hagan un buen uso de internet, sino también para que sepan protegerse de los peligros que conlleva.
Internet ofrece todo un amplio mundo que dificulta en los padres un control sano y constructivo de lo que hacen sus hijos, generando un malestar, miedos, angustia… sin precedentes.