Los beneficios de practicar biodanza cada semana
16 mayo, 2022
Cuando experimentas la Biodanza por primera vez sorprende. El poder de la música, del movimiento y del grupo son evidentes. Algo se mueve en ti, y no te deja indiferente.
Un taller de Biodanza con una temática específica es una manera de profundizar en algún aspecto de la vida a través de las danzas propuestas y del grupo que se crea sólo para esa ocasión. Cuando pruebas una sesión de Biodanza en un grupo semanal sientes los beneficios de forma inmediata. Sales de la clase sintiendo armonía, que algo se ha recolocado en ti y que vuelves a tu centro y recuperas la paz y la serenidad. “Por muy cansada que esté, siempre voy a clase, porque sé cómo salgo, renovada”.
Imagina que esas sensaciones se vuelvan algo cotidiano, que mediante la práctica de Biodanza en sesiones semanales no sólo vas aprendiendo acerca de ti misma, sino que instalas en tu vida los beneficios de la Biodanza.
En cada sesión alguna danza te revela algún aspecto sobre ti, te aporta información sobre algo que puedes mejorar en tu día a día fuera de la sesión. Algo relacionado con tus actitudes, miedos, limitaciones… Te hace tomar conciencia de algo que antes no le dabas importancia, no veías, o de lo que no eras consciente, y te impedía fluir, ser espontánea, ser tu misma… La danza te permite ahora (con ayuda de la música y el movimiento) la oportunidad de experimentar algo diferente, de “darle un giro a experiencias previas y darles otro final”.
Vínculos y afectividad
Al practicar Biodanza semanalmente, con el mismo grupo de compañer@s, se van creando vínculos afectivos desde el compartir las danzas. El grupo pasa a ser un lugar seguro de acompañamiento, cuidado y sostén afectivo. Nos acompañamos un@s a otr@s en este lúdico proceso de crecimiento y desarrollo personal. Un proceso de transformación personal, gota a gota, semana a semana… en el que vas experimentando y disfrutando de tu propio crecimiento y del de l@s demás.
La expresión de tus emociones se vuelve, poco a poco, algo natural, emergen solas. Sin extremos, sin malos modos, algo que simplemente ocurre.
Tu familia y amig@s cercan@s lo notan y no sólo se alegran por ti, sino que te piden que sigas yendo, es evidente lo bien que te sienta… “¿Mamá, hoy te toca Biodanza, verdad? Me encanta cuando vuelves después de la sesión”, “Cariño, no dejes de ir a Biodanza, me gusta mucho cómo te veo ahora”. Desde fuera notan los beneficios. Se te siente más alegre, liviana, amorosa, en armonía, en paz… te sientes más viva, más conectada contigo mism@, y tus relaciones se vuelven más cercanas, más comunicativas, más auténticas, libres, flexibles y respetuosas con la individualidad de cada un@…
Cada vez te sientes más en sintonía con tu propia vida, contigo misma, vas recuperando la sensación de vivir en coherencia, de forma espontánea, sana, libre, armónica…
Y con el tiempo te das cuenta de que hasta tu cabeza comienza a funcionar de otra manera, hay menos juicio hacia ti misma y hacia l@s demás, de que ya sólo te interesa disfrutar “sin ponerle cabeza” a lo que eliges hacer, a lo cotidiano. Juzgas menos y vives más.
Tu vida se va volviendo menos estresada y “más vivida”, sientes que estás más presente, que eres agente activ@ de tu vida, que te sientes más libre para “construir” la vida que quieres llevar, tu vida a tu manera, suceda lo que suceda.
La danza como metáfora de la vida… te va reenseñando a vivir.